Hoy compartimos una intervención en este pequeño Cristo Crucificado que nos llegó sin brazos y sin pies, al que se le reponen las partes del soporte material perdido para hacer posible la lectura conceptual de la obra.
La obra se enmarcó en un fondo pintado a modo de orla miniada al estilo de los libros corales de la época, obra de Eduardo Crespo Rico.
En ella se desarrolla un fondo de una Jerusalén Celeste. Todo ello ejecutado en técnica mixta donde prevalecen la acuarela, tinta, grafito y pigmento de oro.
Esperamos que os guste